1 de septiembre de 2012
Alessandro 4
“Qué video”, dijo Alessandro al
bajar de su viaje bien alto, nunca había sentido ni disfrutado tantas emociones
juntas; y ahora que vuelve a pisar la tierra está dispuesto a nuevas aventuras.
Uno aquí y uno allá, decía todos los días al despertar y antes de dormir. No
quería pensarse lejos ni sentirse tan cerca, sus dos “yo” debían tomar caminos
distintos por un tiempo y repite: “qué video”.
Su primer “yo” quería ser más
atrevido de lo que ya había sido antes, quería tener más aventuras y quería
romper más límites que quería conocer. Quería
conocer más lo que cualquier mundo le podía ofrecer.
Su segundo “yo” había sentado un
poco cabeza, seguía siendo un desquiciado desordenado, amante del café muy
dulce y el pogarrillo, pero con ganas de atreverse a la tranquilidad sin sonido
a alto volumen ni millones de vergas y culos cada 15 días. Aunque de vez en
cuando un polvo no le caía mal.
Entonces caminó unos pasos entre
la ciudad y la montaña y en un tropiezo del camino cayó fuertemente al piso y
se rompió en dos. Se separaron cada uno de sus dos “yo” en dos sujetos físicos,
cada uno miró al otro y se reconoció en el otro, levantaron una mano y se tocaron,
en ese momento cada Alessandro descubrió lo diferentes que eran un “yo” del
otro.
Este rompimiento causó en
los Alessandros una admiración erótica
profunda porque los dos sabían qué querían, cómo lo querían y cuándo lo
querían, pero también sabían queé no les gustaba y así, decidieron juntar sus
cuerpos en un mismo cuerpo estando separados. Qué video, decían los al tiempo,
los pensamientos eran casi que sincronizados y las babas sabían a lo mismo.
Cuando Alessandro se dio cuenta
lo fácil que era fusionarse con él mismo, empezó a buscar otros cuerpos y otras
formas con qué fusionarse. Su primera víctima fue una monja. Quería descubrir,
vivir y comprender cómo una persona podía dar su vida a la virginidad, a la
espiritualidad y a todas esas locuras
poco mundanas que la vida religiosa exige.
Viviendo en esa vida y en ese
cuerpo se dio cuenta que la virginidad de las monjas es una mentira, cada una
de ellas está profanando en silencio su santo sacramento y entre ellas una
fuerte hermandad amorosa se cubren y se permiten placer entre ellas mismas.
Bajo sus sotanas un mar de posibilidades las invadía y clandestinamente
disfrutaban de su sexo.
Después de descubrir los placeres
de las monjas, Alessandro decidió buscar algo nuevo y fusionarse y experimentar
cómo funcionaban sus placeres y su diario vivir. Entonces se deslizó por las
piernas de la monja hasta el piso, tocándola muy suavemente, dándole un ligero
pero exacto placer que la llevó al orgasmo. La monja gimió y Alessandro ya
estaba en el piso buscando otro objeto con que fusionarse.
Ahora, Alessandro se va a
fusionar con algo desconocido, quiere experimentar algo que no sabe qué es ni
sabe cómo acercarse a eso, pero lo que sí sabe es que el secreto comienza en
sus pues, tan poco valorados y besados, esos pies que lo llevarán lejos y que
también han soportado muchas noches en bares de chapinero bailando esa música
estúpida de moda.
Caminar, camino, caminando: es el
único camino, pero sus pies cansados y sudorosos no quieren caminar en vano ni
aventurarse a profanaciones.
Alessandro mira a sus pies y les
pregunta: ¿Qué es caminar en vano?
-Mierda, qué video, no sé qué es
caminar en vano
Vuelve a mirarlos y recuerda
todos los caminos por los que lo han llevado sus pies, todas las aventuras,
todos los sitios que ha recorrido y
todas las veces que sus pies han dejado de estar en el suelo para estar en la
cama.
Se sienta en el piso, lleva sus
pies a su boca y los besa apasionadamente, dándoles gracias por todo lo que lo
han ayudado, u se da cuenta que nunca ha caminado en vano.
Mientras escucha Rock and roll all
night siente que aunque una parte de Alessandro estará lejos, el otro no se
quedará desolado, pues hará exactamente lo mismo: Aventurar, recordando en cada
acto, movimiento y pensamiento lo que era estar juntos en un mismo cuerpo,
provocando lluvia naranja al quitarse las gafas.
Alessandro decidió volverse a
partir en dos, pero ésta vez no son partes opuestas, sino son dos partes
complementarias. Va a romper las leyes de la física, va a estar en dos lugares
al mismo tiempo, va a crecer y a vivir en distintos momentos, rodeado de
diferentes personas, probando de diferentes cuerpos.
Alessandro sabe que llegará el
día en ser nuevamente un solo Alessandro, pero ahora él va a ser Ale y el será
Sandro.
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