Si yo fuera una gata seria exitosa. Sería una de esas gatas
serias y ejecutivas que te cautivan mostrándote la duración de vida de un
producto en el mercado, que dentro de su explicación usan palabras como nicho, innovación,
penetración local, planeación agregada, benchmarking, joint venture y mil
pedacitos de frases más que te parecen tan cautivantes, tan inteligentes, tan carismáticas.
Una gata ejecutiva exitosa.
Seria una de esas gatas que hace el numero de ventas del
Quarter mayor al que se hizo el año
pasado, supera el Half y hace un crecimiento porcentual de dos dígitos. El
achievement siempre para arriba, todos los challenge superados y en una que otra
Call con el Jefe Argentino demostraría todo el potencial que tiene.
Como una de esas gatas que se hicieron solas a punta de una
buena educación y un trabajo constante durante toda su vida, una gata de esas
de gimnasio de 7 a 9 de la mañana, de una dieta de 1842 calorías con desviación
estándar de 74 calorías. Una gata de ropa fina y buena relación social.
Sería una de esas gatas que tiene hombres y gatos a sus
pies. Que muchos la desean per ella elige a
cual de todos comerse, y si no quiere, no se acueste con ninguno. Yo sería
una de esas gatas que alcanza un salario que llena de envidia a tantos hombres
adinerados pero huecos. Seria una gata fina, una gata elegante y sensual, una gata ardiente y
encantadora, una gata de caminar erótico y místico.
Si yo fuera una gata me hubiera ido a estudiar a Alemania.
Hubiera tenido un buen promedio en la universidad y me hubieran aceptado unos años
en la universidad de Stutgart. Hubiera aprendido a hablar alemán con algún
esfuerzo y hubiera obtenido un excelente puntaje de ingles en el IELTS. Hubiera
realizado una practica académica en Volskwagen, en BMW o en Siemens y hubiera
regresado llena de experiencia y seducción a mi patria.
Si yo fuera una gata no visitaría un bar de rock donde
tocan AC/DC all night long,
seguramente no estaría viviendo en un rincón del cuarto de Esteban, en una cama
de arena y no estaría medio jodido por su mirada. Si fuera una gata no soñaría
con gato amores imposibles. Tendría un apartamento únicamente para mi, inmenso,
lujoso y bien ubicado. No saldría a las calles a beber en bares clandestinos y
nunca hubiera probado el vodka barato o el Old Jazmin.
Si fuera gata, definitivamente no seria el gato gay de Esteban.
Seguramente nunca lo hubiera conocido y seguramente jamás en la vida habría
ocurrido que nos besáramos. Creo que la vida seria bastante vacía. Jamás hubiéramos
construido un país, un himno juntos, nunca hubiera dormido tantas noches de mi
vida en su cama, nunca hubiera despertado entre sus brazos, james me hubiera
dicho "ey, gato marica lárgate de mi cama!".
¿Cómo puede ser la vida de una gata exitosa, gerente de
finanzas, o gerente continental de producción en coca cola ? ¿cómo puede ser
esa vida feliz? cómo puedo yo, ser capaz de soportar un día mas de vida sin
saber que tengo la mas mínima posibilidad de que Esteban me abrace una noche en
que se encuentre triste y no tenga a quien acudir?...tendría que ser muy
diferente yo en mi vida para ser feliz, o por lo menos soportar esa vida.
Si fuera una gata exitosa, viviendo en un penthouse,
viajando a nueva york una vez al año y a Tokio de vez en cuando, creería que
todos los gatos vivirían y lucharían por ser alguien como yo. Tendría buen
cuerpo y buen gusto por la ropa, buen gusto musical y caminaría fino. Visitaría
París dos veces al año y haría el amor con un amante llamado Piere Freudeux.
Si fuera una gata, escribiría un cuento soñando que soy un
gato, adoptado por un muchacho gay que vive con los papas en un barrio popular
de una ciudad grande y ruidosa. Escribiría que en cada capítulo de mi vida me
enamoro de un gato diferente, y mi vida estaría lleno de personajes extraños
que me acompañan, me seducen, me enamoran, me tientan, me excitan. Si yo fuera
una gata, una alta ejecutiva de ventas, igual estaría inconforme con mi vida.
Si fuera una gata con disponibilidad para mi compañía 24/7,
soñaría mientras me baño ser un gato más sin nada que hacer en la vida. Ser un
gato que escribe cuentos cuando siente que debe hacerlo, ser un gato
inconforme. Desearía enamorarme de un amor imposible, de un amor poco posible,
de un amor que de pronto es posible, de un amor que fue, de un amor que es
posible. Enamorarme de muchas historias y de muchas maneras. Y luego me restregaría
contra la pared y me iría a dormir.
Pero, afortunadamente, o desafortunadamente. No soy una
gata. Soy un gato gay, que es también gato invisible y es también medio gato.
Que sale a los bares de rock a levantar gatitos sexys y que regresa tarde por
la noche, entra por la ventana y se queda mirando a Esteban mientras duerme a
la luz de la luna, soy un gato muy feliz cada vez que lo veo bañado por esa luz
blanca e inocente. Soy un gato que sueña dormir y despertar junto a él. soy un
gato que se sueña como un gato inocente. Soy un gato que desea con toda su alma
ser una buena persona, lo que quiera que eso signifique. soy un gato que me
rasco la espalda contra la pared y me voy a dormir.