Este blog nació hace algunos años y es uno de los frutos de la amistad de Felipe y Camilo, dos amigos que, gracias a sus guitarras rojas, se encontraron para darle vida a Alessandro, un chico que tiene un poquito de Felipe y otro poquito de Camilo. Viajes, porros, música, ficción, poesía y yagé, protagonizan este espacio.



sábado, 30 de noviembre de 2013

Carta musical

En éstos años han pasado cosas sin necesidad de disimular, sabiendo a dónde vamos -a la espera de cuál será el destino- pero jamás quedándonos atrás. Nuestra piel ha sentido la estática, los pelos de punta, la adrenalina del riesgo, de la aventura. De una sala de espera en un aeropuerto esperando abordar, mientras veo tus ojos -que son como un faro para mí- a través de la ventana y el opio en las nubes.

Y así, en la intimidad de algún bar de rock en chapinero, escuchando los deliciosos acordes de Pink Floyd y y Queen mientras llenamos de alcohol hermoso nuestras cabezas, aceptamos que nos perdimos, que nos perdimos y ya está.

Siempre como locos, intentando apagar la luz que nace cuando nos miramos, -si no lo hacemos, todos nuestros amigos y novios estarían celosos- porque ésta epifanía nos hace irreemplazables, únicos en nuestro amor, porque -no sé si lo sepas- brillamos cuando estamos juntos o nos pensamos en la distancia silenciosa por estar en continentes lejanos.

Tal vez descubrimos algo sobre lo que podría ser el amor.
Ahora bien, es difuso y multicolores. ¿Qué sabemos del amor?...

¿Por qué brillamos tú y yo?

Porque brillamos tú y yo. Es la respuesta perfecta a la pregunta. Los dos, tuvimos que llegar para poder seguir más allá y encontrarnos locamente enamorados de otros mares y lenguas románticas, como el amor de los marineros que besan y se van, -tal como lo explica Neruda- dejando un amor en cada puerto con las promesas que no se cumplirán, pero esas alguna vez nos llenaron de vida y fue bonito.

A veces pienso que sería mejor escapar, pero luego recuerdo todos los viernes en los que la vida nos sonrió con unas cuantas cervezas en mañanas soleadas, las que nos dejaron en el trance eterno de ver que todo estaba bien y siempre estará bien, porque aceptamos, otra vez, que nos perdimos y ya está.

Feliz cumpleaños.

Te ama putamente,

Camilo Art.

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