Este blog nació hace algunos años y es uno de los frutos de la amistad de Felipe y Camilo, dos amigos que, gracias a sus guitarras rojas, se encontraron para darle vida a Alessandro, un chico que tiene un poquito de Felipe y otro poquito de Camilo. Viajes, porros, música, ficción, poesía y yagé, protagonizan este espacio.



jueves, 7 de febrero de 2013

Hacer el amor con un cookie





Hacer el amor con un cookie es un acto hermoso y sin esperanza. Es tocar un cuerpo que perecerá pronto, es una piel suave que dejara de ser pronto, es un sueño que durara por mucho unos 5 años mas. He visto pasar por mis labios tantos cuellos suaves, tantas mejillas lisas, tanto calor entre las piernas. He visto pasar por mis manos tanta piel suave, tanta delicadeza en el pelo y tanta timidez en la sonrisa. He visto pasar entre mis genitales tantos genitales en desarrollo, tantos olores efímeros y tantos deseos ardientes.

He visto pasar en mi cama tanto deseo, tanto sudor, algo de semen y algunas veces sangre. He visto caras de placer, he visto ojos que giran un poco hacia arriba, he visto mejillas ruborizadas y sonrisas picaras, he visto pasar en mi cama un abrazo de despedida y dos cuerpos sudorosos que se despiden con cariño.

He visto pasar un poco de esperanza por un día que puede que nunca llegue. He visto pasar promesas que espero cumplir, he visto pasar incluso un poco de cariño. He visto pasar suavidad, he visto pasar alegría, he visto pasar inocencia, he visto pasar juego, he visto pasar arrechera, calor, deseo, movimiento. He visto escurrir el sudor de mi frente hasta caer sobre la espalda de él. He visto correr el sudor en su frente y yo solo le puedo ofrecer una camiseta sucia mía para que se limpie.

He visto pasar sentimientos encontrados, he visto pasar crisis de adolescentes, he visto pasar cosas que no debería estar haciendo. He visto pasar que puede que este haciendo algo mal en mi vida, pero he visto pasar lo que sinceramente me gusta, que puedo decir, mas que la famosa frase "ich mochte eine cookie zu essen".

He visto pasar dolor y placer. Sobre todo placer. He visto cuerpos ardientes de placer, he visto cuerpos que se retuercen levemente en el momento del orgasmo, he visto tu cara mas ruborizada cuando estas llegando al orgasmo. He visto mi cara en las nubes cuando llego al orgasmo gracias a ti. He visto sexo y he visto amor.

Ahora veo un poco de lagrimas, un poco de esperanza rota por variar. Un poco de reflexión, un poco de piano y un poco de música vieja. Veo un poco de mi que se piensa, que se siente, que se mira a si mismo como un ser que ha visto tanto juegos efímeros. Y precisamente, duele la característica efímera, pero puede que perdure uno que otro sentimiento. O una que otra colección colectiva.

Definitivamente, Doji es aventurero. Ha visto muchas cosas, pero nada como ver "ich mochte eine cookie zu essen, noche eine mal". Volver a repetir las piernas, los muslos marcados pero no suficiente, volver a repetir los brazos suaves y las manos torpes. Volver a repetir el tierno cariño que puede sentir un gato por otro es algo que pasa pocas veces en la vida. Volver a soñar, volver a elevarse un poquito hasta las nubes es algo que pasa muy poco, volver a hacer el amor, así sea el peor polvo de tu vida, hacer el amor, es otro nivel.

Volver a tomar un poco de todo. Volver a esas estúpidas aventuras por un pequeño gato cookie vale la pena. Es la vida. Es la mala vida "bien vivida". Lo alemanes decían que si quieres hacer algo malo, tienes que hacerlo muy bien, mejor que algo bueno. No quiero discutir la moral de mis actos. Quiero hacer lo que hago muy bien, y muy bien lo estoy haciendo. Creo en hacer el amor, siempre lo hago bien. Pero tantas veces tengo sexo y tan pocas hago el amor.

He visto su mano despedirse de la mía. Resbalándose de manera romántica, estúpida, marica. He visto música sonando mientras los cuerpos se mezclan en besos, abrazos y movimientos pélvicos.

He visto un poco de apreciar el momento, y solo el momento. La hora, las dos horas, ojalá las tres horas que puede durar el momento. Ojala durara toda la noche. Ojala pudiera estar con ese pequeño gato cookie un rato mas. Ojala su cabello me acompañara toda la noche. Ojala que haya esperanza.

Pero Incluso en las vidas no perfectas como la mía hay felicidad. Tal vez tengo muy altas las expectativas invisibles. Tal vez estoy pidiendo algo a un algo que no se le puede pedir nada. Pero estoy seguro, que incluso, esta vida pasa por momentos de felicidad. Y hasta las vidas perfectas se acostumbran tanto a su perfección que se les olvida lo perfectas que son y no siempre son felices. Todas las vidas son igualmente cíclicas emocionalmente. Todas. Incluso las de un gato Doji, las de un gato capitán de avión, las de un gato cookie inocente, y las de un gato cookie nada inocente.


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