Hacer el amor con un cookie es un
acto hermoso y sin esperanza. Es tocar un cuerpo que perecerá pronto, es una
piel suave que dejara de ser pronto, es un sueño que durara por mucho unos 5
años mas. He visto pasar por mis labios tantos cuellos suaves, tantas mejillas
lisas, tanto calor entre las piernas. He visto pasar por mis manos tanta piel suave,
tanta delicadeza en el pelo y tanta timidez en la sonrisa. He visto pasar entre
mis genitales tantos genitales en desarrollo, tantos olores efímeros y tantos
deseos ardientes.
He visto pasar en mi cama tanto
deseo, tanto sudor, algo de semen y algunas veces sangre. He visto caras de
placer, he visto ojos que giran un poco hacia arriba, he visto mejillas
ruborizadas y sonrisas picaras, he visto pasar en mi cama un abrazo de despedida
y dos cuerpos sudorosos que se despiden con cariño.
He visto pasar un poco de
esperanza por un día que puede que nunca llegue. He visto pasar promesas que
espero cumplir, he visto pasar incluso un poco de cariño. He visto pasar
suavidad, he visto pasar alegría, he visto pasar inocencia, he visto pasar
juego, he visto pasar arrechera, calor, deseo, movimiento. He visto escurrir el
sudor de mi frente hasta caer sobre la espalda de él. He visto correr el sudor
en su frente y yo solo le puedo ofrecer una camiseta sucia mía para que se
limpie.
He visto pasar sentimientos
encontrados, he visto pasar crisis de adolescentes, he visto pasar cosas que no
debería estar haciendo. He visto pasar que puede que este haciendo algo mal en
mi vida, pero he visto pasar lo que sinceramente me gusta, que puedo decir, mas
que la famosa frase "ich mochte eine cookie zu essen".
He visto pasar dolor y placer.
Sobre todo placer. He visto cuerpos ardientes de placer, he visto cuerpos que
se retuercen levemente en el momento del orgasmo, he visto tu cara mas
ruborizada cuando estas llegando al orgasmo. He visto mi cara en las nubes
cuando llego al orgasmo gracias a ti. He visto sexo y he visto amor.
Ahora veo un poco de lagrimas, un
poco de esperanza rota por variar. Un poco de reflexión, un poco de piano y un
poco de música vieja. Veo un poco de mi que se piensa, que se siente, que se
mira a si mismo como un ser que ha visto tanto juegos efímeros. Y precisamente,
duele la característica efímera, pero puede que perdure uno que otro
sentimiento. O una que otra colección colectiva.
Definitivamente, Doji es
aventurero. Ha visto muchas cosas, pero nada como ver "ich mochte eine
cookie zu essen, noche eine mal". Volver a repetir las piernas, los muslos
marcados pero no suficiente, volver a repetir los brazos suaves y las manos
torpes. Volver a repetir el tierno cariño que puede sentir un gato por otro es
algo que pasa pocas veces en la vida. Volver a soñar, volver a elevarse un
poquito hasta las nubes es algo que pasa muy poco, volver a hacer el amor, así
sea el peor polvo de tu vida, hacer el amor, es otro nivel.
Volver a tomar un poco de todo.
Volver a esas estúpidas aventuras por un pequeño gato cookie vale la pena. Es
la vida. Es la mala vida "bien vivida". Lo alemanes decían que si
quieres hacer algo malo, tienes que hacerlo muy bien, mejor que algo bueno. No
quiero discutir la moral de mis actos. Quiero hacer lo que hago muy bien, y muy
bien lo estoy haciendo. Creo en hacer el amor, siempre lo hago bien. Pero
tantas veces tengo sexo y tan pocas hago el amor.
He visto su mano despedirse de la
mía. Resbalándose de manera romántica, estúpida, marica. He visto música
sonando mientras los cuerpos se mezclan en besos, abrazos y movimientos
pélvicos.
He visto un poco de apreciar el
momento, y solo el momento. La hora, las dos horas, ojalá las tres horas que
puede durar el momento. Ojala durara toda la noche. Ojala pudiera estar con ese
pequeño gato cookie un rato mas. Ojala su cabello me acompañara toda la noche.
Ojala que haya esperanza.
Pero Incluso en las vidas no
perfectas como la mía hay felicidad. Tal vez tengo muy altas las expectativas
invisibles. Tal vez estoy pidiendo algo a un algo que no se le puede pedir
nada. Pero estoy seguro, que incluso, esta vida pasa por momentos de felicidad.
Y hasta las vidas perfectas se acostumbran tanto a su perfección que se les
olvida lo perfectas que son y no siempre son felices. Todas las vidas son
igualmente cíclicas emocionalmente. Todas. Incluso las de un gato Doji, las de
un gato capitán de avión, las de un gato cookie inocente, y las de un gato
cookie nada inocente.
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